Ante situaciones injustas o desagradables normalmente echas la culpa a los demás o a las circunstancias que te rodean. Dices en voz alta, «Soy así» y das carpetazo al asunto hasta el siguiente conflicto.
Si quieres entender mejor tu relación con el resto de personas te interesa este artículo.
Al igual que los conocidos jinetes del Apocalipsis, son cuatro los colores que rigen nuestras personalidades y nuestras relaciones.
Se entiende por personalidad el resultado de la suma de la herencia genética (temperamento) más la parte reactiva y consciente (carácter). El primero es inamovible y heredado, ya que forma parte de tu genética. El segundo puede modificarse o cambiar a lo largo de tu vida.
El temperamento es la disposición innata que te induce a reaccionar de forma particular a estímulos internos y externos. Los temperamentos se han estudiado desde la antigüedad. Desde Hipócrates (s.II A.C.), pasando por Galeno (s.IV D.C.), hasta los numerosos estudios realizados en la era moderna.
La clasificación más habitual de los temperamentos es:
- Colérico (bilis amarilla) –> Color Rojo
- Sanguíneo (sangre) –> Color Amarillo
- Flemático (flema) –> Color Verde
- Melancólico (bilis negra) –> Color Azul
Ningún temperamento es mejor que otro. Todos tienen sus fortalezas y sus áreas de mejora. Conocerlos te ayudará a entenderte mejor a ti y las personas que te rodean. Tener en cuenta la manera de interactuar de la gente te puede ayudar a mejorar tus relaciones con ella.
Índice de contenidos
Rojo (colérico): el jefe
El rojo posee un temperamento colérico. Dispone de marcados rasgos de dirección, fuerte voluntad y unos sentimientos impulsivos.
Las personas coléricas tienen una respuesta rápida y poco reflexiva. Están muy orientadas a objetivos y a resultados. A veces dan la sensación de dominantes y fríos, ya que se orientan principalmente a conseguir los objetivos y no tanto a satisfacer el ego de los demás.
Su energía se encuentra en el exterior, en la acción. Apenas repara en su interior ni en el de los demás. Tiene un espíritu competitivo, luchador, lleno de interés por lo novedoso y los retos.
La comunicación del colérico se centra en informar y clarificar puntos de vista. No es tan locuaz hablando de sentimientos o planes personales.
Piensa en el ahora como único momento para actuar.
Amarillo (sanguíneo): el comercial
El amarillo representa un temperamento sanguíneo (no confundir con el color rojo -colérico). Realizador por excelencia, intenta hacer lo que quiere. Se siente muy cómodo ejerciendo un rol de relaciones públicas.
Posee una alta responsabilidad y compromiso con las relaciones y con aquello que considera que le aporta valor y emoción. Le gusta saborear lo que hace, piensa que ha venido al mundo a disfrutar y no a sufrir.
Su liderazgo es relacional y se basa en conectar con las personas y apoyarles para que consigan sus objetivos. Sus cualidades principales son: la empatía, la simpatía y la amabilidad.
La comunicación del sanguíneo está orientada a persuadir a los demás de las cosas en las que cree. Es una persona muy locuaz y suele ser sincero y expresar lo que piensa.
Verde (flemático): el diplomático
El verde es principalmente el impasible. Es una persona equilibrada, serena y paciente. La intranquilidad la vive internamente y no deja que salga al exterior.
Son personas con tendencia al pensamiento y la reflexión; prefieren ambientes discretos y estables, con pocos cambios y mayor estabilidad.
Poseen una gran capacidad de aprovechar lo positivo que les rodea, y pueden llegar a consensuar con personas muy dispares entre ellas.
Cuando se mueve lo hace con tranquilidad y serenidad. Posee un temperamento introvertido, de sentido del humor irónico. Suelen basar sus decisiones en la razón y meditarlas mucho.
La persona flemática encuentra la energía en su interior.
Azul (melancólico): el analista
El azul solo encuentra sentido a su vida si hay utilidad en lo que hace y vive. Tiene la tendencia de analizar todo cuando hace, y suele ver el lado oscuro de las cosas antes de que pueda ocurrir. Su mente divaga fácilmente entre la vida y la muerte.
Este temperamento es inestable y neurótico. Posee un tipo de sistema nervioso débil, bajo nivel de actividad y bajo nivel de respuesta ante estímulos externos. Posee una clara orientación a las tareas, y hace algo porque tiene una lógica detrás.
Se trata de personas con un temperamento introvertido, que recogen su energía en su interior y con una escasa flexibilidad ante los cambios externos.
Es el temperamento de mayor voluntad y el más obediente.
Busca la perfección en todo lo que hace y en lo que realizan los demás. Su principal razón de ser es contribuir y estar al servicio de los demás en aras del bienestar común.
Este temperamento es el más rico y complejo de todos, ya que comparte características de los otros tres. Dependiendo del grado de desarrollo y conciencia de la persona melancólica podrá encontrarse en una situación u otra muy distinta.
Poseen una gran capacidad de observación que les permite captar cosas que los demás no ven. Son personas intuitivas y curiosas, tímidas y de gran agudeza mental.
Su energía proviene principalmente de su interior.
La metodología Insights® explica los temperamentos según el siguiente gráfico:
Amalgama única
Eres el resultado de una amalgama de colores que determina tu temperamento. Todos poseemos rasgos de cada color, pero en distintas proporciones. Lo habitual es tener unos rasgos más marcados que otros, y, según el contexto, puedes hacer uso de unos u otros según te convenga. A veces lo haces de forma totalmente inconsciente, y otras voluntariamente.
Cada uno de nosotros es una maravillosa mezcolanza de esos cuatro humores. Cada persona, cada mezcla, es única. Nadie es exactamente igual a otra persona.
«Soy así», una barrera autoimpuesta para no cambiar
Tu temperamento puede variar según el contexto en el que te encuentres. Puede modificarse y amoldarse a nuestras necesidades.
Por tanto, la frase «Yo soy así» es una excusa perfecta para no responsabilizarte y dejar de lado tu capacidad de adaptación. Esa capacidad que todos tenemos, y que nos convierte en animales sociales.
Conocer en primer lugar tu temperamento te permitirá saber qué rasgos debes fortalecer y cuáles evitar para alcanzar tus objetivos.
Conocer el temperamento de las demás personas te permitirá entender mejor su comportamiento y saber cómo gestionar de una forma más satisfactoria vuestra relación mutua. No hablo de manipular personas, hablo de establecer relaciones más saludables y beneficiosas para ambas partes.
3 claves para vivir mejor
Conociendo cómo eres y cómo son las demás personas que te rodean, ahora puedes decidir mejorar tus relaciones y, por ende, tus resultados.
Clave 1: Aceptación
En la aceptación está el secreto de alcanzar una vida plena y satisfactoria. En primer lugar, tu propia aceptación. Después, la de los demás.
Aceptar que los demás, al igual que tú mismo, hacen en cada momento lo mejor que pueden con la información que poseen.
Interiorizar esa creencia es de vital importancia para liberarte de una carga vital que te suele acompañar y no te corresponde.
Clave 2: No juzgar
La aceptación debe ayudarte a dejar de juzgar a los demás. Una de las cargas más pesadas que sufre cualquier ser humano.
Entender que cada uno en cada momento hace lo mejor que puede con lo que sabe. Asimilar esto y aceptarlo puede eliminar una de las cargas más pesadas con la que vives.
Clave 3: Responsabilizarse
Solo tú puedes cambiar las cosas. Deja de pensar que la culpa de todo lo malo que ocurre es de los demás. Si algo no te gusta está en tu mano cambiarlo para mejorarlo.
Es imprescindible que entiendas que los resultados que obtienes son tu responsabilidad. Mirar hacia afuera es restarte protagonismo y poder respecto a lo que realmente puedes o no hacer para cambiar una situación desagradable.
Centra tu energía en pensar cómo solucionarlo y no te regocijes en el dolor.
Sirva este artículo como humilde homenaje a la gran maestra Joaquina Fernández, que nos dejó hace unos meses. Descansa en paz allá donde te encuentres.
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.