La Comunicación es la competencia más importante de todas las que manejas en tu vida: «Vives a la altura de tus palabras».
La Comunicación crea tu mundo, te abre y cierra puertas, te permite compartir lo que sabes y sientes con los demás… Los demás conocen cómo eres por cómo te expresas.
Cuando hablo de comunicación no me refiero solo a la manera en que te comunicas con los demás, sino de cómo te comunicas contigo mismo. Este aspecto es fundamental para desarrollar una vida plena y saludable.
Índice de contenidos
Vives a la altura de tus palabras: las palabras crean tu mundo
Cualquier Resultado en tu vida viene determinado por tu conducta o comportamiento.
A su vez, cualquier Comportamiento viene originado por diversos orígenes:
- Competencias y capacidades
- Lenguaje
- Emociones
- Cuerpo
En definitiva, cualquier acción tiene su origen en un pensamiento, que a la postre será el que genere tu resultado.
Por otro lado, el cerebro no distingue entre realidad y ficción. Nuestras conexiones neuronales se activan y desactivan independientemente de que sea real lo que ves o lo estés imaginando. Si imaginas comer una manzana, las conexiones neuronales de nuestro cerebro se activarán como si realmente la estuvieses comiendo.
Por tanto, es fundamental crear una realidad positiva, poderosa, y también realista, en nuestro cerebro para evitar caer en el desánimo y poder así superar tus limitaciones y alcanzar tus objetivos.
¿Libre albedrío?
Existen estudios científicos que demuestran que tu cerebro elige unos 350 milisegundos antes de que seas consciente de tu elección.
En cualquier caso, ejercitar tu libertad a la hora de decidir cambiar una reacción instintiva, por una respuesta analizada ante cualquier estímulo externo te beneficiará en tus niveles de ansiedad, tu sociabilidad y en la mejora de tus resultados.
El objetivo es vencer esa tendencia condicionada a tener respuestas automáticas ante estímulos externos, es conseguir tu libertad de decisión. La fórmula es sencilla:
Libertad = Silencio + Tiempo + Conciencia + Decisión
- El Silencio, i.e. contar hasta 3 lentamente, te permite vencer esa primera emoción instintiva, no dejarla salir al exterior. La notarás internamente, pero no permitirás que aflore.
- El Tiempo te permitirá poder escoger mejor qué emoción quieres mostrar para obtener el resultado buscado.
- La Conciencia es fundamental, ya que si no te das cuenta de lo que está ocurriendo, la respuesta automática está asegurada y seguirás el patrón condicionado durante toda tu vida.
- La Decisión que TÚ ESCOGES tomar…
Una buena manera de romper ese paradigma de la tendencia condicionada es usar el sentido del humor.
Control del diálogo interno
El diálogo interno es esa vocecita que escuchas en tu interior y que rara vez calla.
Normalmente siempre tiene algo que decirnos y se cree un justiciero implacable. Si no sabes cómo manejarlo puede llegar a convertirse en un martillo pilón infatigable que destroza cualquier atisbo de esperanza de hacer algo diferente con tu vida.
Entendemos diálogo interno como cualquier representación mental que tenemos de forma involuntaria.
Cuando frunces el ceño bloqueas el tercer ojo (el chakra del descanso mental) sueles tener un importante diálogo interno. Una manera de echar el freno de mano es posicionar tu lengua en alguna de las 4 posiciones, de forma que paramos los micro-movimientos de la lengua y se detiene el diálogo interno de forma temporal.
Las 4 posiciones de la lengua son:
- Pegada al paladar
- Punta apoyada en los incisivos
- Punta curvada hacia arriba posada sobre la encía de los incisivos superiores
- Posada en el fondo de la boca
Además, puedes practicar la meditación para aplacar esa voz charlatana de una forma muy sencilla, tal como te explica el maestro Migyur Rinpoche en el siguiente vídeo:
¿Cómo te hablas?
La PNL (Programación Neuro-Lingüística) utiliza la neuroplasticidad del cerebro para cambiar tus pensamientos y, en consecuencia, tus resultados.
Una de las herramientas que puedes utilizar es la autosugestión, a través de declaraciones expresadas en voz alta.
Otra opción es grabar tu propia voz con las afirmaciones que quieras experimentar. Por ejemplo, si lo que deseas es mejorar tu salud, puedes grabar y repetir varias veces afirmaciones como: “Me siento en plena salud, estoy agradecido por mi salud, o siento mi cuerpo saludable y feliz, estoy feliz y sano, etc”
Afirmaciones para la abundancia podrían ser: “Mis ingresos crecen constantemente, me siento feliz por mi situación económica, tengo todo el dinero que preciso, soy abundante, vivo en abundancia, soy próspero… etc”.
Frases positivas
Al igual que los pensamientos automáticos negativos dinamitan tu autoestima, poseer una serie de frases positivas te pueden ayudar mucho. Sobre todo si las utilizas de forma adecuada.
Estas frases pueden ayudarte a afrontar de forma satisfactoria situaciones que a priori te parecen difíciles. Pueden cambiar tu estado de ánimo en un momento.
Puedes crear tu colección de frases en función de todos los datos que has ido recopilando sobre ti mismo.
Con cuatro o cinco frases es más que suficiente.
Es de mucha utilidad basarte en hechos concretos para dar contundencia a las frases. Por ejemplo, de poco te sirve decirte a ti mismo que tú puedes saltar en paracaídas si no tienes experiencias pasadas que apoyen esa frase.
Basa tus frases positivas en una experiencia relacionada previa que tuviste y de la que saliste victorioso.
Puedes prepararte dos o tres frases positivas para cada área de tu vida. Relacionadas con la familia, el trabajo, el amor, los amigos o el ocio. Puedes añadir cuantas categorías quieras. Incluso puedes adecuar tus propias frases para situaciones especiales.
Ejemplo de frases:
- Yo puedo correr el próximo kilómetro sin pararme, lo hice el año pasado en la carrera de verano y lo volveré a hacer ahora.
- Voy a plantarle cara a mi nuevo jefe, si conseguí aguantar los envites del anterior conseguiré aguantar los de éste.
- Voy a terminar de escribir el libro, si he conseguido terminar un capítulo, con tiempo, podré escribir otros siete.
Cambia tu vocabulario
El vocabulario que empleas, tanto en tu diálogo interior como en tu comunicación externa dicta cómo es tu vida.
“Dime cómo hablas y te diré cómo te va la vida.”
Observa qué expresiones, palabras, verbos, son los más recurrentes en tu vocabulario diario. Anótalos. Haz este ejercicio durante varios días, y luego revisa cuáles son los más repetidos. ¡Te sorprenderás!
Decide si son las palabras que quieres para ti en tu comunicación diaria. Si no es así, sustitúyelas por aquellas que sean más beneficiosas para ti y que te hagan sentir bien.
Es un ejercicio que al principio puede costar cierto esfuerzo porque deberás:
- Identificar cuándo dices la palabra que no quieres utilizar,
- Sustituirla por la que sí quieres utilizar,
- Reformular la frase con el vocabulario que prefieres.
Y así repetirlo hasta que se convierta en un hábito.
Analiza el resultado de realizar esta acción. Estudia cómo interactúa la gente contigo a partir de cambiar tu vocabulario. Observa cómo es tu visión del mundo que te rodea cuando cambias la manera de verbalizarlo.
A modo de propuesta, te propongo sustituir las siguientes palabras y expresiones que son las más habituales y tóxicas:
Palabra/Expresión original |
Nueva Palabra/Expresión | Comentario |
DEBERÍA |
QUIERO |
Hay una pérdida de «escoger», no tienes opciones. En lugar de hacer algo que tú quieres no tienes opción de escoger. Es una regla o una barrera adquirida hace tiempo, hay que descubrir de donde viene esa regla adquirida, algo que en su momento fue una opción dejó de serlo. |
NO PUEDO |
PUEDO (si sí lo hago) |
¿Qué es lo primero/segundo… peor que podría pasar si pudieses hacerlo?, ¿Qué te impide hacerlo? El objetivo es convertir en “Puedo” o “Decido no hacerlo”, enfrentar tu miedo/barrera y aceptarlo. |
NO TENGO TIEMPO |
TENGO TIEMPO (si sí lo hago) QUIERO HACER OTRA COSA (si no lo hago) |
Las prioridades de tus tareas las marcas TÚ, por tanto, TÚ decides qué hacer y no hacer en cada momento. Pregúntate si cada tarea que haces te acerca más o te aleja de tu objetivo final y decide si hacerla o dejarla. |
PERO |
Y |
La palabra «pero» invalida todo lo dicho con anterioridad, por tanto, sé coherente con tu discurso y evita estos conflictos dialécticos. |
NADIE |
<concretar quién o cuándo> |
Pregúntate repetidamente hasta desmontar la creencia universal: “¿Realmente todos, todos?”, “¿Realmente siempre, siempre?”… |
Si decides realizar ese cambio de vocabulario me encantaría que me escribieses y me contases cómo fue el proceso y cómo fueron tus resultados. ¡Gracias!
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